En general, son dos las razones: rentabilidad y participación en la propiedad de una empresa.
En el primer caso, la razón básica para invertir es la obtención de una renta por un periodo de tiempo determinado. Esta renta puede provenir de variaciones de precios y/o dividendos.
La utilidad que proviene de las variaciones de precios, recibe el nombre de ganancia de capital, y en la mayoría de los casos es el componente principal de la rentabilidad obtenida en el mercado de acciones.