Cada inversión lleva un riesgo asociado, por lo que si a un instrumento le va bien en un momento, no implica que ocurrirá lo mismo con todos, y si por el contrario, a uno le va mal, no todos perderán. Es decir, los riesgos de los instrumentos se pueden compensar, y la cartera o grupo de instrumentos tiende a tener un rendimiento menos fluctuante.
De ahí que una de las reglas de oro de todo inversionista es el concepto de diversificación, ya que es la mejor alternativa para lograr las rentabilidades esperadas y reducir el riesgo de una inversión. Dicho de manera más coloquial, la idea es seguir la lógica de "no meter todos los huevos en la misma canasta". Por lo tanto, a la hora de invertir debe tener presente las diferentes variables de los instrumentos y la finalidad de su inversión, tales como rentabilidad, liquidez, riesgo y horizonte de inversión.
Todos estos componentes deben corresponder a su perfil de inversionista. En otras palabras, se debe sentir cómodo con las decisiones de inversión que ha tomado y éstas le deben permitir atender sus necesidades en la medida que se vayan presentando.
Por ejemplo, imaginemos que usted tiene $1.000.000 para invertir y decide comprar acciones de una sola empresa. La diversificación que ahí se realizó es igual a cero, ya que se apostó por una sola compañía, lo que implica que el riesgo que se está asumiendo es mayor que si se hubiese optado por comprar una serie de instrumentos.
Supongamos que la empresa en que usted compró sus acciones es una aerolínea y se anuncia públicamente que los pilotos comenzaron una huelga indefinida, por lo que todos los vuelos serán cancelados. Lo más probable es que el precio de las acciones de esa aerolínea sufran una pérdida en su valorización, lo que implicaría necesariamente que su capital se vería fuertemente perjudicado.
Al contrario, si usted con ese mismo millón opta por invertir en una serie de acciones de varias compañías y también en diferentes tipos de instrumentos, como títulos de deuda, cuotas de fondos mutuos, cuotas de fondos de inversión, etc., la probabilidad de perder su capital es menor, ya que construyó una cartera de inversión o portafolio, donde logró diversificar los riesgos a través de diversos instrumentos, que tienen distintos plazos de vencimiento, que pertenecen a diferentes sectores de la economía, etc.
Así, si una acción o la cuota de un Fondo Mutuo pierden valor, la eventual ganancia de otro instrumento le puede ayudar a contrapesar esa pérdida.
La capacidad de diversificar sus inversiones también dependerá de su capacidad económica, ya que no todos los inversionistas tienen el suficiente capital para invertir en muchos títulos. Sin embargo, aún cuando no pueda adquirir diferentes instrumentos o clases de activos, siempre hay que tratar de que exista cierta diversificación entre ellos, aunque sólo pueda adquirir dos o tres tipos de instrumentos financieros.
Tres consejos para diversificar su cartera de inversión
- Por diferentes categorías de activos.
Su cartera de inversión puede combinar diferentes clases de activos, como activos de capitalización, de deuda, monedas.
Recuerde que la proporción de los activos a elegir dependerá siempre de su perfil de inversionista, es decir, de qué tan averso al riesgo sea, su horizonte de inversión y los motivos de su inversión. - Con diferentes títulos.
Cuando haya elegido la clase de activos en los que invertirá, hay que diversificar en los títulos. Por ejemplo, acciones de distintas empresas, de distintos niveles de liquidez y riesgo; bonos con diferentes plazos de vencimientos; fondos mutuos con una estrategia variada de inversión o que apunten a distintos tipos de inversiones. - Por sectores económicos.
Los instrumentos de empresas de diferentes sectores ayudan mucho a reducir el riesgo de nuestra cartera de inversión.
Por lo general, los ciclos económicos favorecen más a algunos sectores que a otros. Por ejemplo, en épocas de expansión los sectores como consumo, retail, construcción, tienen buenos resultados, no así en épocas de recesión o donde la economía se encuentra en un crecimiento más lento. Por lo tanto, tener una diversificación por sectores económicos también ayuda a repartir mejor nuestras apuestas de inversión.