Existen diferentes formas de guardar el dinero para después, unas son más eficientes que otras.
Los más conocidos son las Cuentas de Ahorro y los Depósitos a Plazo.
Existen de varios tipos, aunque los más conocidos son las Cuentas de Ahorro y los Depósitos a Plazo. Otros más sofisticados son las cuentas corrientes con pago de intereses, los fondos mutuos y las acciones.
Cada uno de ellos tienen condiciones específicas para ser utilizados; por ejemplo, mientras las cuentas de ahorro prácticamente pueden ser abiertas con bajas cantidades de dinero, los restantes tipos de ahorro requieren montos mayores.
Cuentas de Ahorro
Se conocían como "libretas de ahorro" porque originalmente eran pequeños libros, en cuyas hojas se iba anotando la cantidad ahorrada y los intereses y reajustes percibidos. Con los avances tecnológicos, las libretas han sido remplazadas en muchos casos, por tarjetas plásticas, similares a las usadas en los cajeros automáticos.
Existen de varios tipos y por ello, varía el tipo de resultados que ofrecen. Sin embargo, en todos los casos ofrecen la capacidad de mantener el dinero seguro y permitir ser retirado de acuerdo a las necesidades de quien lo va juntando.
Depósitos a Plazo
Los Depósitos a Plazo son sumas de dinero entregadas a una institución financiera, con el propósito de generar intereses y obtener reajustes en un período de tiempo determinado.
Instrumentos de inversión
Tal como se plantea al comienzo de este artículo, existen muchos otros medios para ahorrar dinero, aunque tengan objetivos diferentes que el solo ahorro. Entre ellos están los sistemas de inversión tales como los fondos mutuos y las acciones, cuya característica es que facilitan que una persona u organización mantenga dinero a resguardo en una institución financiera, mientras gana intereses por las operaciones que ésta haga con dicho capital.
Sin embargo, en tal caso tiene asociado riesgos relativos a la inversión que se haga, que puede llevar a que el dinero genere ganancias o pérdidas.
Simuladores
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